La cuestión ya carece de cualquier tipo de elemento sorpresa, pero el evento de ‘Fortnite’ que dará paso a la tercera temporada de Fortnite arrasó una vez más: nada menos que veinte millones de jugadores (entre los asistentes al propio juego, las retransmisiones de Youtube y las de Twitch) asistieron al acontecimiento virtual. El evento ha recibido algunas críticas por su escasa espectacularidad en comparación con otros similares, pero a la vez demuestra la firme voluntad de Epic Games de engordar el lore del juego, con una sorprendente secuencia parcialmente interactiva en primera persona.
Del total de 20 millones de jugadores, 12 se unieron al juego en directo, con la promesa de Epic de que intentarán que técnicamente sea posible que entren más jugadores en un futuro. Del resto, 2,3 millones de espectadores llegaron vía Twitch, lo que supera el récord que tenía el campeonato mundial de ‘LoL’ del año pasado (1,7 millones, cifra parecida al evento del agujero negro del propio Fortnite).
Básicamente, lo que vieron los jugadores fueron cinco escotillas en el terreno de juego que se fueron abriendo según una cuenta atrás iba llegando a su fín y aparecía el enorme Dispositivo del Juicio Final. A nivel de mecánicas de juego, supone un gran cambio: en ‘Fortnite’ había unas barreras en forma de tormentas que se iban cerrando progresivamente sobre los jugadores. La máquina ha convertido esas tormentas en una ola gigante (después de que las semanas pasadas corrieran los rumores de que todo el escenario quedaría inundado), que se cerrará a su vez sobre los jugadores, tal y como hacían las nubes.
Pero esa no es la gran novedad en lo que respecta a la historia: una intrigante secuencia ambientada en una oficina ha hecho conjeturar a los jugadores si no se encuentran viviendo en una realidad simulada. Además, el edificio de la Agencia ha sido destruido. ¿Pero qué quiere decir todo esto? ¿Realmente tiene un mínimo de complejidad la historia de un videojuego cuyo modo principal es un Battle Royale sin aparente justificación argumental?
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Pero… ¿de qué va Fortnite?
La respuesta a esa pregunta es que en parte sí y en parte no. ‘Fortnite’ es un lienzo en blanco, un mundo en el que puede pasar cualquier cosa, y a menudo los arcos argumentales que se desarrollan obedecen a exigencias comerciales (el reciente evento de ‘Star Wars’, por ejemplo). Y, en otras ocasiones, a los cambios en la mecánica de juego que se implementan, como ha pasado en este cambio de capítulo.
Sin embargo, la sorprendente inclusión de esta breve y misteriosa secuencia en primera persona hace pensar que Epic quiere llevar la ambientación de su juego un paso más allá. Veamos de qué va todo esto (nos centramos en el argumento de ‘Battle Royale’; el ‘Fortnite’ de pago -de momento-, ‘Salvar el mundo’, sigue otros derroteros, aunque no hay que descartar del todo que en algún momento acaben confluyendo).
En la temporada 1 y 2 del primer capítulo de ‘Fortnite’ apenas hubo pistas argumentales, más allá de un enfrentamiento entre facciones en Isla de Batalla. Fue en la temporada 3 cuando empezaron los eventos, en aquella ocasión con un cometa y una lluvia de meteoritos, que podían destruir construcciones y dañar a los jugadores. En la temporada 4 se acumulan los cambios más notables: un Visitante salido del meteorito lanza un misil que hace que el cielo de la isla se resquebraje.
En la temporada 5, la grieta hace que el tiempo y el espacio se entremezclen, lo que justifica que Isla de Batalla se convierta en un batiburrillo de épocas y objetos, y que aparezca un desierto al sudeste del mapa. Al final de la temporada, las grietas del cielo desaparecen y generan un misterioso cubo en el desierto que va dejando runas en el suelo y que, entre otros cambios, convierte el lago de Balsa Botín en una sustancia elástica. En la temporada 6, el cubo (al que se conviene en llamar Kevin) crece de tamaño, arranca fragmentos del suelo y los hace levitar en su órbita, aparecen demonios (salidos de ‘Salvar al Mundo’), y acaba consumiéndose.
Pero antes de morir, Kevin crea una entidad, la Mariposa, que purifica la isla, genera el personaje del vigilante androide CERTERO y hace nacer una tormenta que estallará en la temporada 7. Un glaciar enorme devora el suroeste de la isla, y aparece una base de exploración. El deshielo de Pico Polar, también, desvela un castillo. En el cielo aparece una esfera en cuyo interior está el Rey Helado, que cuando se libera hace que la nieve y el frío inunden la isla, y que funciona como antítesis de una criatura de lava encerrada en las mazmorras del castillo y que se enfrentará al Rey.
En la temporada 8, este enfrentamiento genera tres facciones: los Piratas, con base en el norte; el Prisionero y sus ninjas-dragón, en un volcán al Nordeste; y el Rey Helado. Mientras, la organización que ya andaba recogiendo trozos de meteorito cuatro temporadas atrás encuentra una cámara bajo Balsa Botín que acaba abriéndose y transportando a los jugadores a algo que puede ser su interior, u otra dimensión. Y el volcán entra en erupción, destruyendo unas cuantas localizaciones clásicas del juego y desatando el caos.
Entre los pocos supervivientes al apocalipsis volcánico están dos personajes, Jonesy y Banano, que consiguen ocultarse dentro del bunker. Allí sobreviven (uno de los dos, por desgracia, acaba convertido en batido de plátano) y cuando salen, el mundo se ha transformado por completo. La antigua Pisos Picados es ahora Neopicados, y bajo el castillo de Pico Polar hay algo gigante que está vivo. Se llama Cattus. A partir de aquí, se advierte la clara intención de Epic de dotar de un argumento coherente a la aventura.
Jonesy, en el búnker, de algún modo predijo el futuro: el regreso del cubo Kevin y su enfrentamiento con la cosa bajo el castillo (que literalmente se ha esfumado de la noche a la mañana). Mientras, un robot gigante -Doggus- está siendo construido y será pilotado por Singularidad, la heroína oficial de Neopicados. El gran evento de la temporada será el enfrentamiento entre Cattus y Doggus, en un choque de titanes digno de kaiju eiga. El conflicto acaba con la victoria de Doggus gracias a un orbe de energía cuya función no está del todo clara.
Y así llegamos al final del primer capítulo, con una temporada 10 que lo enreda todo más aún: aparecen máquinas por todo el mapa y otra grieta en el cielo, así como un alter ego de El Visitante llamado El Científico (¿disrupciones en el espacio-tiempo o universos alternativos?). Finalmente, una serie de cohetes que aparecen de la grieta impactan con un meteorito suspendido en el aire, que acaba destruyendo la isla y generando el famoso agujero negro.
Y así tenemos, en el Capítulo 2, una nueva isla, a la que han llegado los héroes de la primera. Hay dos facciones enfrentadas, ALTER (los villanos) y E.G.O. (los héroes, más o menos), que de cara a la Temporada 2, se reconvierten en SOMBRA y ESPECTRO, con agentes como Banano, que es reactivado, y como Deadpool, miembro de ESPECTRO. Las dos facciones van controlando zonas de la isla, y descubrimos que Midas, líder de La Agencia, está construyendo el Dispositivo del Juicio Final cuyos efectos ya conocemos: adiós tormenta, hola tsunami.
El futuro de ‘Fortnite’
Es complicado prever el futuro argumental de ‘Fortnite’, porque está claro que una cosa no va a dejar de ser: un título focalizado en el juego puro. Pero sin duda, usará eventos cada vez más elaborados y elementos promocionales integrados en la trama para ir expandiendo el lore. Las dos temporadas hasta la fecha del Capítulo 2 son un buen ejemplo de estas intenciones: personajes con nombre, apellidos y personalidad definida, relaciones laberínticas y una cierta constante temática que da unidad a todo y que deja de lado la sensación de que el lore de ‘Fortnite’ crece a trompicones y a base de ideas arbitrarias. En este caso, el cine de espías parece la clarísima inspiración.
Las conjeturas en torno a ese fragmento en primera persona del último evento están sobre la mesa, pero abundan las que dicen que se trata de un flashback de La Agencia antes de ser destruida por el Dispositivo, ya que se oye una conversación (en la que está nada menos que Jonesy) en la que se menciona con preocupación la Tormenta. La mitología ‘Fortnite’ no ha parado de crecer en los casi tres años que lleva en pie, y está claro que no se va a detener ahora.
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