El Gobierno de España no tiene intención de prohibir por completo las loot boxes o cajas de botín como sí ha hecho Bélgica. Sin embargo, en una entrevista en exclusiva con gamingsection, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, confirma que buscarán la manera de que los menores de edad tengan prohibido acceder a las loot boxes de cualquier videojuego.
Durante nuestra charla, profundizamos en la regulación de las loot boxes, que se someterá a consulta pública próximamente, con qué criterios lo están estudiando, para cuándo estará lista la normativa, etc… Además, grabamos un breve vídeo en el que el ministro responde a varias de estas preguntas, y otras que nos hizo llegar nuestra comunidad, mientras abre sobres de fútbol, que entran dentro de lo catalogado como cajas de botín.
En el resto de la conversación tratamos otros temas como la ludopatía, juego online, regulación del mercado de telecomunicaciones, si se plantea que la conexión a Internet pueda ser financiada como derecho básico…
Los compañeros de Directo Al Paladar también han hablado con el ministro, y se centran más en temas de alimentación como el Nutriscore, la publicidad de los alimentos ultraprocesados o el impuesto a las bebidas azucaradas.
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Loot boxes: solo prohibidas para menores de edad
¿Qué va a hacer el gobierno con las loot boxes o cajas de botín de los videojuegos?
Lo vamos a regular. Nosotros hemos identificado, primero por demandas de determinados sectores que lo conocen de primera mano, y segundo porque algunos somos jugadores, que lo que hay ahí en muchos casos es un modelo que incita a un consumo compulsivo que puede derivar en patologías importantes con el tiempo. Esto es lo que las investigaciones académicas también han reflejado en varios países de la Unión Europea. Y, de hecho, en varios países de la Unión Europea ya se ha avanzado bastante en la regulación. El modelo belga, por ejemplo, va a una prohibición y hay otros modelos que están también en proceso.
Nosotros vamos a regularlas con un objetivo, que es proteger al menor. De esa manera, también informar a los padres, porque muchas de estas cajas de recompensa se dan en videojuegos que pueden tener incluso una acreditación legal PEGI por debajo de 18 años, cuando lo que hay es como una especie de minijuego, por decirlo así, o un subconjunto dentro del programa, que tiene una naturaleza conflictiva.
Ahora vamos a someterlo a consulta pública para que todo el mundo nos pueda hacer llegar sus aportaciones, e inmediatamente después empezamos el trámite legal.
¿Con qué criterios se está estudiando esta situación?
Básicamente cuando nosotros nos dimos cuenta de que en España, como en otros países europeos, se estaba produciendo una normalización de un tipo de consumo, que es un consumo compulsivo, y, para que nos entendamos, estamos hablando como de unas tragaperras, es decir, la figura de la tragaperras dentro del videojuego. Cuando eso existe, y los padres no son conscientes en el caso de los menores, porque en el caso de los mayores de edad, pues bueno, al final es una cuestión de informar bien y de tener claros determinados mecanismos, es especialmente gravoso cuando se trata de juegos que no informan de que existe esa característica dentro del propio juego, y se normaliza que un niño pueda utilizar dinero para hacer uso de un sistema de azar por el cual recibe un premio en una dinámica competitiva, en la que los usuarios compiten entre sí por tener diferentes prestaciones, bien sea en un juego deportivo, de rol o de lo que fuera.
Entonces induce a unos esquemas mentales en los que se normaliza ese tipo de consumo, y, por lo tanto, estás normalizando en el fondo también las tragaperras fuera del videojuego. Estás empezando a normalizar un tipo de consumo que está muy demostrado que tiene unas consecuencias psicológicas, físicas y económicas muy importantes.
¿Hay algún tipo de conversación con las empresas desarrolladoras de videojuegos que usen loot boxes en sus títulos?
Sí, nosotros como Ministerio naturalmente tenemos conversaciones con todos los actores del ecosistema que regulamos. Hemos tenido conversaciones con AEVI, por ejemplo, pero también con desarrolladores independientes. El tema de las cajas de recompensa o loot boxes es un fenómeno relativamente nuevo. Tiene que ver con los modelos de negocio, sobre todo de las grandes productoras. Los pequeños desarrolladores de videojuegos no incorporan normalmente este tipo de mecanismos. Son los grandes modelos los que quizás, en una dinámica por evitar la piratería que existía hace diez años, están introduciendo un nuevo modelo de negocio para ganar dinero por otras vías. Es perfectamente legítimo, pero, en este caso, hacemos referencia a un punto negro de ese modelo.
Algunos desarrolladores lo entienden y algunos están dando marcha atrás. Algunos en las sucesivas ediciones de sus videojuegos ya van modulando esa aparición, o, en algún caso, desaparecen. Está el caso de Bélgica, en el que existe una prohibición explícita, y, claro, el mundo de los videojuegos está internacionalizado, y eso significa que la propia desarrolladora es muy importante que tenga presente las regulaciones nacionales. En el caso de Bélgica lo que están ofreciendo es una versión distinta del videojuego en la que esos aspectos no están incorporados. Yo creo que eso es algo que nosotros tenemos que ser capaces de valorar y que los desarrolladores van a comprender. Nosotros no queremos hacer no rentable el videojuego. Queremos que los videojuegos sean rentables, pero siempre preservando la salud pública.
“Queremos que los videojuegos sean rentables, pero siempre preservando la salud pública”
Distintos países están tomando iniciativas regulatorias contra las loot boxes, Bélgica llegó a prohibirlas en 2018. ¿Qué han visto de otros territorios donde se han implementado y qué han aprendido? ¿Qué les ha funcionado y qué no?
Estamos en contacto con el gobierno de Bélgica precisamente para conocer de primera mano su experiencia. Vamos a someterlo a una consulta pública para que todo el mundo nos pueda hacer llegar sus aportaciones. Los propios lectores de gamingsection nos pueden hacer llegar sus aportaciones o sus propias experiencias.
El campo de las loot boxes todo el mundo lo entiende hoy en día pero es muy amplio, y además la definición misma es compleja. En el caso de Bélgica se ha resulto de una manera radical y contundente, y se han permitido, digamos, evitar los matices, porque una vez entras en el mundo de los matices es muy complejo. Es muy complejo porque, y es algo que nosotros estamos en este momento valorando, cómo somos capaces de preservar que un mayor de edad tiene derecho a poder adquirir determinadas prestaciones del juego pagando, como lo haría en el modelo antiguo comprando ese videojuego, frente a la preservación de un menor.
Ahí, técnicamente es perfectamente posible instalar un control parental reforzado para que el formato sea asimilable a lo que sucede en el juego de azar online, es decir, que haya una serie de requisitos para hacerte la cuenta y que, al mismo tiempo, el padre o la madre sean responsables de lo que se hace con ese dinero.
“Es perfectamente posible instalar un control parental reforzado para que el formato sea asimilable a lo que sucede en el juego de azar online”
La clave es proteger a los menores de edad. Estamos hablando de muchos videojuegos que pueden tener una calificación PEGI por debajo de los 18 años y, por tanto, los padres los compran pensando que no hay ningún problema, pero incorporan dentro, y esto los padres no lo saben, unas tragaperras. Y esas tragaperras les pueden hacer gasta dinero, o normalizan un tipo de consumo que después, cuando son mayores, pueden jugar en cualquier otro ámbito sin ser conocedores de las consecuencias que tienen ese tipo de consumo.
Esto en el ámbito regulatorio, pero también queremos trabajar el ámbito de la información y la sensibilización. No tenemos un ánimo prohibitivo salvo allá donde es necesario.
Entiendo entonces que la postura por ahora antes de la consulta pública es no prohibir como en el caso de Bélgica, sino un paso previo, una especie de control parental.
Nosotros lo que queremos es prohibir que los menores de edad puedan consumir loot boxes y estableceremos los mecanismos necesarios para ello. Para eso, cuando lo cristalizas técnicamente, y quieres compatibilizarlo con que los mayores de edad tienen derecho a que, si quieren, pueden hacer uso de esas prestaciones, tienes que habilitar una regulación que técnicamente lo permita. Y eso, hoy en día, afortunadamente, como este tipo de ordenadores o videoconsolas funcionan con usuarios, y tienen sus requisitos, no es tan complejo como el que antiguamente compraba un cartucho, en el que venía incorporado o no venía incorporado. Digamos que ahora existe la capacidad técnica de hacer esos matices. En todo caso, siempre sujeto a la consulta pública para escuchar cuáles son las demandas de todos los actores interesados para hacerlo lo mejor posible.
La clave es prohibir técnicamente que los menores de edad puedan usarlo. En el caso de los mayores de edad lo que hay que hacer es incrementar la información disponible para que no se confunda, porque mucha gente puede creer que la posibilidad de ganar es mayor de la que matemáticamente es, y, por lo tanto, tiende a gastar mucho dinero. Desde luego, en el ámbito de la prohibición tenemos que garantizar la protección de los menores.
“Estamos hablando de muchos videojuegos que pueden tener una calificación PEGI por debajo de los 18 años y, por tanto, los padres los compran pensando que no hay ningún problema, pero incorporan dentro unas tragaperras”
¿Cómo se van a asegurar de que hay videojuegos que no se salten la regulación?
Como todo, hay una monitorización. Nosotros hacemos un seguimiento del mercado y, por supuesto, siempre puede haber denuncias que nos digan, “oye, aquí en este videojuego resulta que se está saltando la normativa”. Y entonces siempre habría un régimen sancionador porque el Ministerio de Consumo tiene experiencia en el ámbito del juego online, y en este caso hablamos de productos de azar que están dentro de videojuegos. Es muy similar.
Aparte de esta consulta pública, ¿hay algún tipo de comité de expertos para trabajar en esta regulación?
Efectivamente. Estamos incorporando a gente que tiene un conocimiento importante en la materia. Desde el punto de vista de la regulación no hay ningún problema porque nuestro ministerio se encarga de la regulación de los juegos de azar y, por lo tanto, hay un amplio conocimiento técnico. Lo que más nos interesa es aprender de este fenómeno. Es un fenómeno nuevo que tiene unos cuantos años. Y, por lo tanto, hay académicos que han escrito sobre ello y estamos en contacto con la mayoría de ellos, por supuesto también académicos internacionales, pero, sobre todo, tenemos que ver la experiencia que está viviendo la gente.
Por eso hacemos mucho hincapié en que las familias nos cuenten cuál es su experiencia. Hay familias que nos cuentan situaciones en las que le dejan la tarjeta al menor y pensaban que no iba a pasar nada, pero se ponen a comprar armaduras con sus amigos y acaban ahí echando dinero. Este tipo de situaciones, que pueden parecer anecdóticas, nosotros no somos capaces de contabilizar cómo de importantes son porque no hay datos, pero, si suceden y no debieran suceder, evidentemente nos obliga a hacer algo.
Ministro, ha comentado que el tema de las cajas de botín es complejo. De hecho, hay loot boxes “cosméticas” y otras que sí otorgan una ventaja competitiva en el juego. ¿Habrá distinción entre ambos tipos de cajas de botín?
Eso es lo que estamos estudiando. Aquellas loot boxes que se incorporan en la dinámica competitiva son más peligrosas. Estamos hablando de dos sectores: los menores de edad, a quienes tiene que proteger la ley necesariamente, y luego, por otro lado, los jóvenes, que van de 18 a 25 años y que es un sector que normalmente se considera vulnerable porque aún está en formación su propia identidad. Si estás en un ámbito competitivo en el que puedes ganar premios por 10, 15 o 20 euros y esto puede significar cierto reconocimiento social en tu entorno, eso te está induciendo a un consumo compulsivo. Esos son más peligrosos que aquellos que, evidentemente, son más aislados.
“Si estás en un ámbito competitivo en el que puedes ganar premios por 10, 15 o 20 euros y esto puede significar cierto reconocimiento social en tu entorno, eso te está induciendo a un consumo compulsivo”
Todo eso lo estamos estudiando con mucho detalle, pero, insisto, es un fenómeno nuevo y queremos hacerlo lo mejor posible. Es la primera vez que se va a hacer esto en España. Es un fenómeno muy conocido en el ámbito de los videojuegos, pero ampliamente desconocido por la sociedad.
¿Qué hay de los videojuegos denominados como pay to win? Aquellos en los que los usuarios que paguen tienen más ventajas para jugar. ¿Estarán incluidos en la regulación?
Nosotros solo incorporaremos aquello que incluya el azar de por medio. Si lo que hay es una prestación que paga un usuario porque quiere, o porque consigue mejoras o para no tener que tirarse 60 horas jugando y poder terminar el juego antes, digamos que eso entra en ámbito de la decisión individual. La clave está cuando se introduce el azar, porque estás dando unas expectativas de victoria que no se corresponden con la realidad. Estás induciendo a un error en la decisión que puede suponer un quebranto económico importante en aquel que, como ocurre con los juegos de azar fuera del mundo de los videojuegos, cree que la probabilidad de ganar es mucho más alta que la real. Y eso te lo está induciendo la propia compañía, el operador del juego, porque ellos ganan dinero.
Después de esta fase de consulta pública, ¿cuándo podría estar lista la regulación en firme?
Nosotros creemos que a lo largo del 2021 estará. Es verdad que es un elemento nuevo, pero técnicamente estamos muy preparados. El Ministerio de Consumo tiene una Dirección de Ordenación de Juego que está muy especializada desde hace muchos años en la regulación de juegos online, y aquí estamos hablando de juegos online sobre todo. Aunque pueda parecer confuso para aquellos que nos hemos educado con los videojuegos analógicos, ciertamente hay una preparación técnica impecable. Lo único es que hay un doble proceso: el proceso de consulta y de información densa para poder tomar la decisión y luego está el trámite parlamentario, que esperamos que no sea demasiado largo.
Ludopatía: ¿Qué pasa con el juego online?
Hemos visto un conflicto tremendo entre barrios de ciudades contra las casas de apuestas. El Gobierno ya ha regulado la publicidad de las casas de apuestas, pero, ¿qué pasa con el juego online? Se puede hacer una apuesta con un par de clicks en el ordenador o con un par de toques desde un móvil o una tablet, incluso con saldo inicial, y da la sensación de que esto no está siendo analizado, o al menos no han hablado de ello.
Precisamente nosotros lo que hemos hecho en primer lugar es regular la publicidad, que incluye tanto juego presencial como online. Después, lo que es el juego específicamente online nosotros hemos regulado ya en ese mismo real decreto elementos que forman parte de la publicidad, como el saldo inicial que acabas de citar, que te meten en la rueda con un bono de bienvenida de 500 euros. Eso ya está prohibido.
Y luego estamos preparando el Real Decreto de Juego Seguro. Hemos neutralizado el canal de la publicidad, pero aquel que quiera jugar puede jugar, es una participación legal, y aquellos que están jugando pues están jugando. Y ahí también se producen problemas. Con esta nueva regulación estamos haciendo un nuevo pack para informar mejor, para que los operadores de juego tengan que informar mejor de cuáles son las realidades que abordan o rodean a este tipo de actividades y, al mismo tiempo, campañas de prevención, sensibilización, información para explicarle al jugador que está haciendo uso de una característica legal, pero que tiene más riesgos probablemente de los que se imagina. Y eso yo creo que va en contra de la dinámica de crecimiento de los problemas y trastornos del juego. Todo esto lo hacemos con muchas asociaciones de exjugadores, exludópatas que conocen desgraciadamente muy bien la situación.
Con la nueva regulación de la publicidad de apuestas en marcha, que también aplica a YouTube o Facebook, ¿se ha detectado ya alguna infracción? ¿se ha puesto alguna multa?
De momento todo lo que es la monitorización que hacemos siempre va bien. Ya está prohibido firmar nuevos contratos. No son tanto de Facebook ni de redes sociales, donde ya se está empezando a ver claramente una bajada importante de la publicidad, sino sobre todo en radio y televisión. Cuando aprobamos esta norma tenían contratos en vigor de temporada, como por ejemplo en el fútbol o en otras competiciones deportivas. Nosotros les hemos dado un plazo muy razonable, de un año, realmente de temporada, y ahí se tienen que extinguir, aunque haya equipos de fútbol que tengan patrocinios firmados por tres años. A partir de agosto de 2021 no puede haber nada. Ese tiempo lo tienen para readaptarse.
Lo que vamos a ver desde el día que lo aprobamos es una bajada importante de la influencia y ya a partir de agosto nadie podrá ver nada de publicidad en ningún espacio, ni en Facebook ni en redes sociales en general, ni en la tele ni en la radio ni en la prensa.
“A partir de agosto de 2021 nadie podrá ver nada de publicidad de apuestas en ningún espacio, ni en Facebook ni en redes sociales en general, ni en la tele ni en la radio ni en la prensa.
Pero de facto aún no se ha puesto ninguna multa, ¿no?
No, no, en la vigilancia, como decía, todo está bien. Vamos percibiendo que se va reduciendo la publicidad. Al no haber nuevos contratos, según se van extinguiendo, va desapareciendo la publicidad, pero de momento no hay ninguna multa.
Consumo: telecomunicaciones, Internet, comercio online…
Las grandes telecos de España se quejan de que con cientos de competidores los precios tienden a seguir bajando, y eso perjudica a sus inversiones millonarias en infraestructura. ¿Se plantea el Ministerio de Consumo hacer algo junto al de Industria para ordenar el mercado y que las telecos grandes no tengan que verse sometidas a determinadas obligaciones con los productos que ofrecen?
Todo este tema es lo que estamos abordando con el proceso de digitalización. Entonces es un tema muy complejo, muy arduo, que, por supuesto, incluye a consumidores, pero no solo. Tiene que ver con nuestra base tecnológica como país, con nuestro propósito de reindustrializar. Ahí hay una entente entre el Ministerio de Economía, el de Industria y nosotros para ver cómo somos capaces de tener una buena prestación de servicios que no repercuta negativamente en el consumidor. Pero, de momento, estamos empezando a abordarlo dentro del marco de los fondos europeos para la digitalización.
Con la pandemia hemos visto que los gigantes del comercio online son los grandes beneficiados. ¿Hay planes para fomentar el tejido comercial español, ayudarles a vender más online, a favorecer la exportación?
Sí, tanto desde el Ministerio de Industria como del de Consumo estamos haciendo campañas y, además en muchos casos complementarias a las ayudas que hemos estado prestando a todo el tejido productivo. El caso que se está citando es clarísimo porque está ocurriendo en todas partes del mundo. De hecho, estas grandes multinacionales están explotando una oportunidad en términos mercantiles, pero eso va en detrimento del pequeño comercio, que establece relaciones sociales.
La decisión de elegir una multinacional o un pequeño comercio no es neutra. Es decir, si eliges la multinacional, el pequeño comercio probablemente pueda tender a desaparecer. Y si desaparece, desaparece algo de tu barrio. Y eso no solo supone el incremento del paro de esas familias, sino que tu barrio pierde vida. Entonces nosotros estamos en una dinámica en la que promovemos el comercio local. Por ejemplo, ahora en el Ministerio de Consumo, que tenemos el Laboratorio de Control de Seguridad de Juguetes, estamos promoviendo que en esta época como es Navidad, no solo se haga un consumo del comercio local, sino que, si es posible, que se apueste por fabricantes de juguetes españoles, que los hay. Y de esa manera estamos apoyando nuestra propia industria y estamos protegiendo a un sector que, como todos en este país, están sufriendo bastante en estos momentos de crisis.
“Si eliges la multinacional, el pequeño comercio probablemente pueda tender a desaparecer. Y si desaparece, desaparece algo de tu barrio. Y eso no solo supone el incremento del paro de esas familias, sino que tu barrio pierde vida”
Durante los meses de confinamiento hemos visto que la conexión a internet ha sido indispensable para que la gente pueda trabajar o estudiar desde casa. ¿Se plantea el gobierno financiar en algún momento una conexión a internet universal básica?
Nosotros hemos identificado que España ha aguantado muy bien durante esta pandemia porque, además, lo que son las infraestructuras tecnológicas son muy buenas. No recuerdo las cifras exactas, pero somos, si no el primero, de los primeros países con una mayor extensión de fibra óptica. Eso nos ha permitido aguantar mejor, pero eso no significa que no haya todavía espacios vacíos. En el ámbito rural todavía hay lugares donde no se llega, pero tenemos una buena penetración de la infraestructura tecnológica y, al mismo tiempo, estamos yo creo que facilitando desde hace muchos años que la gente tenga un acceso a Internet de la manera más asequible posible.
De momento, como Ministerio de Consumo, no hemos recibido demasiadas quejas en esa dirección. De hecho, la mayoría de las quejas tienen que ver con el precio de la luz, con el precio de bienes básicos que no incorporan a Internet. No porque no sea básico, sino porque no hemos recibido quejas en ese sentido. Por supuesto, todo lo debemos estudiar, pero de momento no ha estado encima de la mesa.
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